Joaquín Cordero, aliado LGBTQ+ de Enterprise: “El instinto de incluir y de aprender de la diversidad es lo que nos hace personas”
Desde siempre, Joaquín Cordero ha creído en el valor de la diversidad y en la necesidad de su inclusión en todas las esferas de la sociedad. Está convencido de que ésta se construye a partir de personas diversas y distintas, pero que comparten los mismos derechos y una posición igualitaria.
Por esta razón, a Joaquín le ha resultado muy natural ser parte de Enterprise, una empresa que apuesta por la generación de espacios de trabajo que ponen en el centro el respeto por la diversidad y la inclusión. Esta realidad es parte de su trabajo diario en los 7 años que lleva como Senior Implementation Manager en la compañía, no solo porque es parte de un equipo europeo compuesto por una amplia riqueza cultural, sino porque además lidera el comité de colaboradoras/es aliadas/os para la diversidad en España, una iniciativa que él mismo propuso.
Su historia es también personal. Hace un año y medio, su nieto Alexander comunicó a su madre y abuelos que es un chico trans y que había decidido hacer su transición de género. La familia le ha apoyado en todo, algo que Joaquín reconoce que no se da en todos los hogares.
El relato de Joaquín recuerda el momento televisivo que se ha hecho viral en redes sociales en los últimos días, en el que un padre envía un emotivo mensaje de apoyo a su hijo trans.
Si bien son experiencias parecidas, Joaquín dice que, aunque quizás le haya reforzado los ánimos, este hito de vida con su nieto no ha cambiado ese compromiso que le hace trabajar incansablemente por la inclusión. De eso, afirma, va lo de ser aliado.
¿Por qué crees que es importante contar con personas aliadas de la comunidad LGBTIQ+ en el trabajo?
Creo que no solo es necesario, sino que imprescindible. Porque al final cualquier tipo de avance que queramos conseguir, tiene que ser empujado por la sociedad en su conjunto; evidentemente, hay personas que son punta de lanza y que reclaman sus derechos para ser parte de la ciudadanía, con los mismos derechos. Y así debe ser, porque eso es lo que entendemos por democracia y por una sociedad avanzada en la que la diversidad es incluida.
Pero también se trata de un movimiento de la sociedad completa. Si la sociedad no se mueve, realmente no hay ningún cambio. Por eso no me gusta la palabra tolerancia; es un término bastante engañoso porque pone a una parte de la sociedad como por encima de la otra y es tan magnánima que dice "voy a tolerar lo que eres". Y, al mismo tiempo, estás en un lado de la sociedad que no tiene que reclamar por sus derechos, porque se supone que los tiene, lo que es algo tremendamente perverso y da lugar a posiciones muy equivocadas.
Por eso es fundamental que las personas comprendan que, solo a través de la inclusión y de la equidad, se construye un mundo realmente igual. Es imprescindible tener aliados en cualquier movimiento que reivindica derechos iguales, porque debe ser la sociedad la que avanza y esa sociedad la constituimos todas las personas.
¿Cómo podrías describir tu experiencia como aliado en Enterprise? ¿Qué aprendizajes has podido obtener de esta experiencia?
La verdad es que mucho. Enterprise es una empresa que está implementada en todo el mundo y, además, en países que tienen una mayor tradición de incluir a una diversidad racial, cultural y religiosa.
Estar en un espacio de trabajo global me permite que todos los días, aunque sea a través de plataformas digitales, pueda hablar con personas que están en Oceanía, América Latina, Norteamérica, en muchos países de Europa, etc. Eso te abre la visión para entender que todas las culturas existen y todas las identidades deben estar incluidas; cuanto más abres el abanico, más se te abre la mente.
Porque, insisto, la diversidad es lo que hace que cada una de nosotras, como personas individuales, seamos distintas, pero es la equidad la que debe primar en cualquier tipo de relación.
Enterprise lo permite porque, además, promueve la creación de este tipo de relaciones y de diálogos, siempre generando comunicaciones internas e invitando a las personas que trabajamos aquí a que tengamos ese tipo de acercamiento con las/os demás y, si queremos hacer algún tipo de actividad relacionada, es posible coordinarla sin ningún tipo de restricción.
Desde tu experiencia, ¿De qué forma la presencia y el trabajo de personas aliadas ayuda a aquellas que son parte de diferentes diversidades, especialmente del colectivo LGBTQ+, a sentirse seguras en su espacio de trabajo?
Ayuda, sin duda. Todas las personas que son diversas y que se mueven en un ámbito en que la mayoría, al menos oficialmente, sigue unos cánones establecidos, pueden sentirse cohibidas si se genera un ambiente que no es amistoso.
Es evidente que las personas no tienen que expresar su vida privada si no quieren. Pero es cierto que todas somos personas que compartimos un espacio, pasamos un mínimo de 8 horas diarias en el lugar de trabajo y finalmente establecemos relaciones con aquellos que nos rodean. Por eso, las personas que se alistan con cualquier relación humana más estandarizada en la sociedad, hablan abiertamente de lo que han hecho el fin de semana, de las vacaciones, de lo que planean o de sus relaciones familiares. Si las personas diversas no se sienten realmente respaldadas, se abstienen de hacer este tipo de comentarios. Temen hacerlo, porque no vaya a ser que les juzguen, que pueda influir en la opinión que tengan sobre ellas o que tenga algún tipo de incidencia en su carrera.
Hay muchas personas que lo han sufrido y lo sufren en muchos sitios. Hoy en día, nos queda mucho por recorrer, y mira que hemos dado pasos adelante, para transformar esa realidad.
Por eso, cuando estás en un entorno en el que prima la diversidad y la libertad de expresión, las personas se relajan y se abren, se muestran cómo son y establecen relaciones más auténticas. Y, desde luego, pueden desarrollar una carrera profesional que no pueden obtener en aquellos sitios que no creen en el valor de la diversidad.
¿Qué le dirías a otras personas (compañeras/os de trabajo, colegas y profesionales de otras compañeras) para que se sumen como aliadas de la comunidad LGBTQ+?
Básicamente, que la solidaridad y la ayuda empieza en cada una de las personas. No se trata solamente de tener una gran solidaridad para las/os demás, que por supuesto debe ser así; pero, insisto, una sociedad inclusiva abarca a todas las personas y, por el contrario, una que no lo es puede estar hoy excluyendo a un grupo, pero mañana puede excluirte a ti.
Se trata simplemente de entender que la equidad nos hace avanzar, de que las sociedades equitativas, múltiples, plurales e inclusivas avanzan mucho y su visión de la vida es amplia y enriquecedora. Por el contrario, las sociedades que solo creen en sí mismas y solo creen un modelo, terminan en un callejón sin salida.
En una palabra, creo que este instinto de incluir y de aprender de lo que es diverso es el que nos hace personas. No somos hormigas que vienen predeterminadas por su ADN a seguir un comportamiento igual; somos seres humanos y pensamos y decidimos por nuestra cuenta, tenemos una individualidad absoluta. Por eso, protegerla es proteger la individualidad de las/os demás.
