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¿Qué es el mentoring inclusivo? Conoce las claves que puedes seguir tú y tu empresa

El mentoring -también conocido como mentoría o mentorazgo- se ha convertido en una herramienta indispensable para el desarrollo de las personas dentro de las organizaciones. Su relevancia se ha consolidado de tal manera que actualmente se le considera como un recurso vital para los espacios de trabajo. 


Esa es la opinión de la especialista Pamela Parra, quien, en un artículo publicado en el sitio RRHH Digital, afirma que el mentoring ya “no es solo una opción, sino una condición necesaria para el crecimiento sostenible de las compañías”. En esta cita, el concepto clave es el de sostenibilidad, porque subraya la importancia central de que las organizaciones presten atención a los entornos en los que operan y se inserten y involucren en ellos de forma integral y genuina, lo que es especialmente indispensable para asegurar el éxito.  


Como dice Parra, el mentoring permite efectivamente que cada empresa se convierta “en garante y reflejo de una diversidad propia” de las sociedades en las que se inserta. Pero ¿A qué nos referimos cuando hablamos de mentoring? ¿Cómo genera un valor efectivo para la empresa y que tiene que ver todo esto con la diversidad? 




El mentoring es una apuesta por la generación de relaciones horizontales entre las personas de la organización. En cada uno de estos vínculos, una persona invierte tiempo y conocimientos –ya sea de los procesos de la empresa y de competencias técnicas, pero también de habilidades blandas y experiencias vitales- para acompañar a otra en su proceso de aprendizaje e integración dentro de la organización. Como señala Parra, esta relación “permite potenciar, cuidar, compartir y ayudar” a través de las respuestas necesarias que provee la persona mentora a las necesidades de desarrollo de la persona mentee. 


Los beneficios que reporta a la organización son evidentes: el acompañamiento continuo asegura una mayor implicación de las/os empleadas/os, un mejor y profundo conocimiento de la cultura organizacional y el modelo de liderazgo y, por supuesto, una intensa identificación con los objetivos corporativos. En suma, es un activo fundamental para la retención de un talento que, a la vez, se construye y potencia a través del proceso de mentorías. 


Pero también es una fuente de ventajas a nivel personal. Y, en este campo, la priorización de la diversidad cobra relevancia como el desafío más importante de integración de las experiencias vitales de cada persona dentro de la organización.  


Mentoring inclusivo: una experiencia de doble ganancia

 

Para muchas personas, como las/os profesionales LGBTQ+, integrarse a un equipo de trabajo puede ser algo más que un desafío laboral. El miedo a la discriminación y la falta de herramientas para saber cómo -o hasta qué punto- hacer visible la propia orientación sexual o identidad de género pueden ser factores de estrés que dificulten la incorporación y el desarrollo profesional dentro de la organización. 


En ese sentido, un programa de mentoring que tenga un foco especial en la diversidad e inclusión puede transformar completamente las expectativas y transitar desde la sensación de sentirse sola/o para luchar con eventuales estigmas a verse envuelta/o en la seguridad de empezar un desafío con la guía y compañía de personas que comparten experiencias y pertenencia.  


De hecho, como las personas LGBTQ+ han aprendido a construir individualmente sus trayectorias en base a éxitos y fracasos en diferentes planos de su vida, es fácil que puedan asumir que es la única forma de aprender y lograr objetivos en lo laboral. Sin embargo, el mentoring inclusivo ayuda a evitar caer de nuevo en tales trampas y experimentar las mismas dificultades, porque abre oportunidades para la confianza, el diálogo y el aprendizaje mutuo.

  

El vínculo generado tiene un enorme impacto en las diferentes etapas de las carreras profesionales, porque ofrece una evaluación constante de las ideas y reflexiones sobre el trabajo, contrastadas con una perspectiva basada en el conocimiento práctico y en consejos imparciales. Pero, además, permite mejorar la confianza en sí misma/o y la proliferación de relaciones basadas en la confianza, el respeto y la comunicación en el espacio de trabajo, generando un ambiente propicio para el intercambio de ideas y la sinergia. 


Por supuesto, con un enfoque marcadamente inclusivo, el mentoring es esencial para la construcción de comunidades y grupos de afinidad sólidos dentro de las organizaciones y, en todos los casos, resulta inspirador y generador de nuevas personas mentoras.

  

De esta forma, el proceso de mentoría no es solo una oportunidad para quien es acompañado/a, sino que también para quien ofrece la compañía. Así lo confirma Conor Morrison, Principal Consultant y UK lead Pride en Capco, una empresa partner de myGwork: “Creo genuinamente que ser mentor es una experiencia de aprendizaje de doble vía. Es una excelente manera de desafiar mis propias creencias, lo que puede ser muy estimulante y amplía mi propia base de conocimientos en diferentes áreas de la empresa, al escuchar sobre los roles de mis mentees. 


En efecto, esta bidireccionalidad genera “efectos colaterales” virtuosos que inciden en la innovación del mentoring, a través por ejemplo de modalidades de mentorazgo inverso donde la juventud se convierte también en una fuente de experiencia, pero también las experiencias como personas integrantes de un colectivo diverso, como el LGBTQ+. Tanto mentoras/es como mentees, sean del colectivo o aliadas, encuentran una oportunidad única para profundizar su sensibilización y afinar sus enfoques desde el prisma de la inclusión.  


En cualquiera de los casos, la mentoría se convierte en un espacio de encuentro y puesta en común. “Creo que las personas LGBT hemos experimentado barreras y hostilidad en algún momento. Incluso hoy, cuando es inaceptable que las empresas tengan este tipo de actitudes, puede funcionar como un sesgo inconsciente. La educación y el diálogo abierto en torno a las experiencias pueden ayudar a abordar estos problemas; como mentor, tener mentees que no sean del colectivo ha sido una excelente manera de permitir que otras/os escuchen desde una perspectiva diferente y derribar barreras”, explica Morrison.  

 

El mentoring exige compromiso 


Para que pueda traer los resultados expuestos, el mentoring inclusivo necesita de esfuerzos reales, basados en la voluntad y el convencimiento de todas las partes que son parte del proceso. Por lo pronto, las compañías que aspiran a integrar programas de mentoría en la gestión de sus personas deben considerar presupuesto, horas de trabajo, expertise y el diseño de estrategias para una contribución efectiva en la gestión de la diversidad e inclusión.

 

Las personas mentoras también deben tomar nota de ciertas consideraciones. Lo primero es revisar su disponibilidad horaria y comprometer segmentos de la jornada para dedicarlas a las mentorías, como si se tratase de cualquier otra labor dentro de la empresa. Lo siguiente es modular el foco del acompañamiento. No existen fórmulas únicas: puede ser una mentoría centrada en competencias específicas o en las habilidades imprescindibles para navegar exitosamente en una industria determinada, pero sobre todo determinar qué pueden ofrecer a una persona que es parte del colectivo LGBTQ+. Quizás el punto central sea simplemente generar una escucha activa y la puesta en común de experiencias que permitan un proceso seguro y tranquilo dentro del espacio de trabajo.

  

Cada mentoría puede ser diferente y presentar desafíos únicos. Por eso, también resulta fundamental que las personas mentoras estén abiertas al aprendizaje continuo; esto requiere considerar asistir a formaciones dirigidas a abordar la diversidad intrínseca del colectivo LGBTQ+ o, incluso, tomar contacto con organizaciones especializadas en búsqueda de recursos que puedan ser de utilidad.  


De esta manera, el mentoring inclusivo ofrece la oportunidad para que cada profesional LGBTQ+ pueda ofrecer lo que tiene para quienes comienzan un proceso laboral y necesitan orientación y apoyo para prosperar, erradicando el miedo a la discriminación en el espacio del trabajo. Como resultado, la comunidad entera se ve beneficiada, pues quienes ha recibido una mentoría también recogen la inspiración para ayudar a las/os que vienen después, una vez que ya han encontrado su lugar en el mundo profesional.  


myGwork: un espacio para el mentoring inclusivo 

 
La plataforma de myGwork es un espacio idóneo para comenzar el viaje de un mentoring inclusivo, ya sea como parte de la iniciativa de una organización como del compromiso individual de cada profesional. El programa de mentorías de myGwork permite establecer contacto entre usuarias/os que, proactivamente, busquen un acompañamiento por parte de personas dispuestas para ello, ya sea dentro de una misma organización, un sector productivo o un lugar geográfico 


¿Quieres convertirte en una pesona mentora en myGwork? Solo tienes que seguir estos pasos: 


- Créate un perfil en myGwork y elige la opción “Become a Mentor”. Si ya tienes un perfil, puedes modificarlo en el botón “Edir Profile” y hacer clic en la opción “Become a Mentor”. 

- Completa el formulario con tus habilidades y tu disponibilidad horaria por semana. Haz clic en “Update Profile”. 

- Un icono con la letra M aparecerá junto a tu foto de perfil.


¡Y eso es todo! Ya aparecerás como una persona mentora cuando una/un usuaria/o filtre en su búsqueda de contactos con el filtro “Show mentor only” en la página de Miembros. 

 

 

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